Formas de ver Cine

Desde el blog Al cine con gafas nos han llegado unas imágenes históricas acerca de la forma de disfrutar del cine. Por ejemplo, este es un fotograma de Los Diez
mandamientos, una de las películas que le tocó capear la tendencia irreversible de la decadencia de esas explanadas románticas que una vez fueron los autocines.

Pero, sea como fuere, lo importante no es tanto la forma sino la emoción que nos depara la pantalla grande. 
 Aunque no está de más que, en un día de mucho calor, se disfrute de una película de una forma más refrescante ¿no les parece?
 Pero ¿Todavía vamos a ver con indiferencia o a estimular -aparentando  un mal llamado progresismo- usos y costumbres ajenos a la libertad individual de Occidente?

Comentarios

Alí Reyes ha dicho que…
A los colegas blogueros mis saludos, en especial a Genín que trabajó por mucho tiempo en un autocine de Valencia en Venezuela.
Les quiero decir que si no los he visitado en sus portales es porque mi acceso a internet se ha deteriorado de tal forma que apenas puedo ir a un cyber por solo dos horas a la semana. Agradezco la amabilidad de que aun así, todavía visitan a tigrero
Genín ha dicho que…
Muchas gracias por acordarte de mi, si fueron unos cuantos años de bien joven, que hacia de todo en un autocine de Valencia, Carabobo, eran los buenos tiempos en todos los sentidos, pero que ni remotamente podríamos imaginar una situación como la que está pasando la pobre Venezuela y su maravillosa gente, ni en la peor de las pesadillas, espero que algún dia, los responsables de este desastre lo paguen bien caro.
Salud y abrazo
Colotordoc ha dicho que…
Fui a los autocines. Era muy pequeño entonces, pero las película de Trinity las vi en ellos, en el de El Paraíso, que después se convirtió en un estacionamiento de la DISIP.

Triste momentos de Venezuela. Ha caído en manos de forajidos que les importa muy poco el país y mucho su bolsillo

Saludos Alí
Fran ha dicho que…
Que tal Alí!
Pues muchas gracias por citarme, es un honor y te lo agradezco. Hace unos dias veia la noticia de que en Madrid existe uno de esos autocines, nunca he estado en uno y seguro que resulta una mas que agradable experiencia. Es una de esas cosas bonitas que tiene el verano, disfrutar de una pelicula bajo las estrellas.
Aprovecho para mandarte un abrazo y agradecerte el esfuerzo que supone navegar por la red con todas las dificultades que teneis. Espero y deseo que toda esta injusticia tenga las dias contados.
Saludos hermano!
Anónimo ha dicho que…
Me encantaban los autocines. Ya no existen aquí en Caracas. Recuerdo el de Los Chaguaramos, ahora es un Plaza, el de prados del Este, y pare de contar.

Martha Colmenares ha dicho que…
Me encantaban los autocines. Ya no existen aquí en Caracas. Recuerdo el de Los Chaguaramos, ahora es un Plaza, el de prados del Este, y pare de contar.
Mari-Pi-R ha dicho que…
Recuerdo en mi juventud el cine de verano al aire libre, fueron tiempos estupendos, pero no tan espectaculares como tus fotos que nos muestras.
Un abrazo.
lola ha dicho que…
Hola Alí,
En La Habana de mi niñez, había un par de autocines pero yo nunca fui a ninguno. Mi sitio para ver películas era casi siempre mi cine de barrio, El Gran Cinema, aunque muchos le llamábamos El chinchero, sí que he visto cine al aire libre, en esos días en que había que ir "voluntario" a las escuelas al campo, de vez en cuando nos llevaban alguna película que hacía más llevadero el tiempo que pasábamos ahí, entre mugre de los albergues y el trabajo de las faenas agrícolas.
Sabes que lamento muchísimo por todo lo que están pasando en Venezuela, todos los culpables de la situación comenzando por los Castro no pagarán nunca todo el daño que han hecho aunque los cuelguen 100 veces de una guásima.
Un abrazo,
Josep ha dicho que…
No es mala idea, con el calor que ahora mismo padecemos en mis lares, disponer una pantalla de cine en un parque de piscinas grupales para ver una buena película y refrescarse con la familia o los amigos.

Nunca estuve en un autocine funcionando, pero sí ví uno a la luz del día, hace años.

Sin embargo, puedo presumir que quizás mi cinefilia se debe a que desde el terrado de la casa de mis padres veíamos ,un poco escorados eso sí, las sesiones dobles del vecino cine de verano, lo malo era cuando proyectaban películas sólo para mayores de 18 años, porque entonces me mandaban a la cama y desde ella oía las voces de la película sin poder ver nada...

Siento que tengas, Alí, esas dificultades para acceder a la red. Ánimos.

Un abrazo.
Frodo ha dicho que…
Justo ayer, domingo, le estaba prestando atención a la letra de esta canción, que habla de un autocine, de una película:

https://www.youtube.com/watch?v=uAB9lrd5jEs

Abrazo!
Alí Reyes ha dicho que…
GENÍN Gracias hermano. No faltaba más

MANUEL Buenos recuerdos ¿cierto?

FRAN No creas que este será el único artículo acerca de tu blog. He recopilado mucho material de tu blog y eso que todavía no he podido revisarlo todo ¿qué tal?

MARTHA ¿Así que en el Plaza estaba un autocine?...Caray. Nunca fui a uno pero recuerdo con mucha familiaridad el Autocine Paraiso, arribita del monumento LA INDIA en la Vega

MARI PI Si te traje un buen recuerdo entonces todo está bien

LOLA ¿El Chinchero? ¡Así sería!...risas

JOSEP Tu recuerdo es como para escribir un cuento

FRODO Ahorita no puedo oir la canción, pero estaré pendiente para revisarla luego. Gracias hermano.

Martha Colmenares ha dicho que…
Muy interesante, me sorprendió y ha mantenido intrigada el tema de la novela. No supe enviar comentario desde ahí. Llegue a la página 5. En la parte donde dice -Bien Doctor... hay un qué (que no sé por qué lleva acento)
Mañana continúo
Alí Reyes ha dicho que…
Gracias Martha por cazar esos gazapos. Te lo agradezco en el alma
Anónimo ha dicho que…
El estanque
A todo aquel que se erige en juez de los demás.


En uno de sus numerosos viajes a China, el eminente antropólogo y lingüista checo, Joseph Hrilka, mi padre, encontró unos antiguos palimpsestos –diez en total- en la tumba de uno de los miembros de una ancestral y olvidada dinastía. Los pergaminos contienen lo que se puede considerar, hasta hoy, los más remotos antecedentes del cuento breve o minicuento.
Antes de morir, mi padre me los entregó y me pidió que los tradujera. Me dijo: <>
Llevo más de cuarenta años dedicado a esa labor. Y he aquí lo primero que he logrado traducir:
La moral, la ética, los principios…
Las cosas realmente no son tan rígidas.
Yo he visto a la dura montaña
ondular suave y cadenciosamente en el estanque
ante el más leve soplo de una fresca, subrepticia
e incitadora brisa.

Den Pen Xi

Autor: Pedro Querales. Del Libro: "Fábulas Urbanas"

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