Para Isaac y David Molinares A.
El bisonte americano ( no confundir con el bisonte europeo, el cual es una variedad menos corpulenta pero de mayor alzada que el americano) llenaba las vastas planicies del continente desde
México hasta el norte de Canadá. Se estima que antes de la llegada de los colonizadores su número era de millones, al punto de que los primeros trenes que se instalaron en el territorio norteamericano , se veían impedidos por horas y hasta días de circular, debido al cruce de las manadas por la vía férrea.

El bisonte fue la fuente, no solo de alimento sino de materiales para confeccionar la artesanía, vestimenta y refugio de los
indoamericanos, recurso que fue explotado con mejor eficiencia por los nativos gracias a la introducción del caballo en el territorio indígena.
indoamericanos, recurso que fue explotado con mejor eficiencia por los nativos gracias a la introducción del caballo en el territorio indígena.
La guerra punitiva del colonizador contra el indio, trajo una forma espantosa de "tierra arrazada" que consistía en la caza indiscriminada del bisonte para cortar la fuente de suministro de las tribus, de forma tal que las llanuras quedaban sembradas de cadáveres bovinos mientras que jinetes del ejército vigilaban los confines para impedir que los indios salvaran aunque

servían para ser pulverizadas y usadas como fertilizantes. En consecuencia, a finales de siglo XIX ya los bisontes habían desaparecido de las llanuras.

Pero para 1890, un grupo de rancheros, en combinación con los Estados responsables, emprendieron la iniciativa de rescatar los pocos bisontes que quedaban. Fue así que reclutaron a los mejores vaqueros de Estados Unidos y Canadá para organizar la batida de rodeo más importante del Oeste.
Fue un trabajo ciclópeo, el tratar de capturar grupos dispersos por vastos territorios, animales salvajes que nunca habían sido tocados por una soga y que eran todo un desafío, incluso, para estos expertos jinetes. Era frecuente que un jinete usara hasta cinco cabalgaduras en un día, y era común el reporte de caballos muertos "reventados" a causa del agotamiento. También se dió el caso de que, al ser conminados a subir a uno de los trenes que
los trasportarían a la reserva, los bisontes punteros envistieron de frente la pared de madera del otro costado del vagón y la manada se precipitó saltando en estanpida al otro lado produciendo destrozos y lesionados en los andenes de carga. De incidentes y accidentes como éstos está lleno el anécdotario de dicha gesta.
Pero el trabajo dió sus frutos. Se pudieron salvar los últimos 750 bisontes que quedaban y que constituirían el pié de cria de las futuras generaciones. Vale destacar que de los más de trescientos mil ejemplares que hay en la actualidad, la mayor parte pertenecen a ranchos ganaderos especializados donde se les da un manejo reproductivo, sanitario y de beneficio similar al del ganado vacuno, sólo una pequeña parte está constituida por los rebaños de las reservas estatales.
No hay duda de que el rescate del bisonte es uno de los suceso más destacados acaecido en el Oeste Indómito.
Alí Reyes H. San Antonio de los Altos, Venezuelahttp://www.leogundia.blogspot.com/, http://www.animalesanimalesanimales.blogspot.com/, www.grimoriovoynich.blogspot.com, . wikipedia.com