El drama del escritor
La literatura está imbricada en esa red gigantesca llamada Historia, pero antes de convertirse en literatura, era simplemente escritura, y esta, a su vez, pertenece al ámbito personal, al íntimo y particular mundo del escritor, la escritura se sucede en el más puro desamparo y la más agreste soledad, tanto así, que por lo general, el círculo familiar del escritor, es el primero que se opone a que desarrolle dicha actividad -inconscientemente intuyen lo que se avecina- y llegan a propinarle las burlas más devastadoras. No obstante, esos signos, trazados al filo del insomnio, son los que, después de todo, llegan a convertirse en literatura. Y es allí donde comienzan los equívocos. Pues al escritor no sólo se le pide que escriba ( y que lo haga bien) sino que se le exige, casi se le ordena, que tenga éxito. y de ese mandato se derivan una serie de negociaciones, aplazamientos, y una cadena de fracasos que tienden a minar la energía del más dotado. Por lo tanto, ser escr