Sant Andreu jazz band, retratada en un documental
En lo personal, el blues, góspel y el country siempre han ejercido en mí una fascinación tal que han desplazado cualquier atisbo de afición por el complejo y elitesco jazz. En otras palabras, mi cultura jazzística es nula. Por eso advierto que escribo esta nota sin bagaje subjetivo adicional excepto un repentino y sorprendente entusiasmo. En un barrio como el de cualquier ciudad, el Sant Andreu en Barcelona, existe una escuela municipal de música, sin muchas pretensiones pero que en 2006, se le permitió a un “director loco” hacer una sección completa de jazz, como electiva de la carrera (algo que no suele ser común en conservatorios reputados) y se dedicó a armar la estructura de una banda con predominio de metales, como lo exige el género. Los miembros cubrían edades de los seis a los veinte años. Hasta acá todo normal pero la magia está en que Joan Chamorro consigue transmitir su amor al jazz a estos niños que deciden dejar ocupaciones más “divertidas” para dedi