La Balalaika, el Guardaespaldas y el Maestro (crónica)
La balalaika
el Guardaespaldas y el Maestro
Para Natalia Riazanova de Malaspina y Edgardo Malespina
La música es una evocadora de historias. Eso me pasa cuando oigo “El tema de Lara”. Pero no por la película, o el libro de Boris Pasternak, sino por mi modesta balalaika.
Advierto que no paso de ser un aficionado ejecutando el instrumento, pero a pesar de mis deficiencias, esa triangular artesanía folklórica representa mucho para mí, sobre todo por esa dedicatoria en su tapa. Recuerdo muy bien como conocí al que la hizo.
Fui
llamado al despacho del jefe de
Seguridad del Parlamento Ruso, Valentín
Perfilyev, quien estaba de pie, al lado de un hombre calvo, entrado en años,
con unos lentes que le hacían ver como un intelectual y que me pareció
ligeramente familiar. Entonces Perfilyev, dirigiéndose al señor de manera muy
ceremoniosa, le dijo.
─Maestro, le presento al joven Ivanov.
Luego Perfilyev me preguntó.
─¿Sabes
quién es este caballero?
La verdad es que en ese momento no estaba en condiciones de identificar rostros. La fatiga, originada por el trasnocho forzado y los sobresaltos de las últimas horas, me embotaban.
Recordemos que el día anterior, lunes 19 de agosto de 1991, los medios estatales habían anunciado que el Secretario General del Partido y Presidente de la URSS, Mikhail Gorbachov, estaba gravemente enfermo en su dasha de campo de Crimea y que, en consecuencia, todos los poderes del Estado habían sido transferidos a un “Comité de Excepción”. Pero esa misma tarde se supo que todo era una excusa para un golpe de estado fraguado por el ala militar y la KGB. En vista eso, la mayoría de los que trabajábamos en el Parlamento decidimos permanecer en la sede en respaldo del Secretario General y de Boris Yeltzint, el presidente de la Federación Rusa, quien había denunciado quel camarada Gorvachov era víctima de un secuestro. El rumor de que seríamos el próximo objetivo de los golpistas se materializó cuando vimos los tanques rodear el enorme perímetro del Parlamento.
En ese momento, nuestra sedentaria rutina de funcionario público dio un vuelco de ciento ochenta grados, cuando a todo el personal de seguridad se le asignó un fusil de asalto AK 47.Y ahora que lo pienso, ¿Qué podíamos hacer con esos fusiles ante el avance del Ejército más poderoso de este lado del mundo? Por otra parte, era lógico pensar que entre la muchedumbre acampada en la explanada del Parlamento ─desafiando la lluvia con carpas improvisadas con láminas de plástico, paraguas, impermeables y construyendo barricadas en apoyo silencioso a Gorbachov y a su perestroika─ era fácil infiltrar agentes de la KGB. El caso era que estábamos conscientes de que podían ser nuestras últimas horas, y de paso, las vivíamos sin haber dormido bien y a turnos redoblados. En eso habíamos estado las resientes veinticuatro horas y mi Jefe pretendía que yo acertara a saber quién era el que estaba con él. Por eso me limité a responder.
─Perdón…
en realidad no sé.
─Entonces
le presento al maestro Mstislav Rostropovich.
Quedé de una pieza de puro asombro. Estaba ante el músico ruso viviente más famoso del
momento, y ante el chelista más grande de todos los tiempos.
Por
fortuna, el Maestro reaccionó por mí. Me sonrió y se adelantó a estrechar mi
mano, a lo que solo pude balbucir.
─Mucho
gusto Maestro… soy Yuri Ivanov.
Entonces
el Jefe se dirigió a mí.
─El
Maestro ha venido a apoyar al pueblo ruso, y usted deberá protegerlo en todo
momento, a costa incluso de su propia vida ¿Entendido?
A
lo que, de forma rápida, terció Rostropovich, dirigiéndose a mí.
─No
lo tome tan en serio… solo tenga en cuenta que somos compañeros de armas… por
cierto… ¿Me puede mostrar el lugar? Es que necesito estirar las piernas.
Ese “estirar la piernas”, fue una caminata enérgica alejándonos del edificio rumbo a las barricadas, hasta el mismísimo puente Kalinín y el borde del río Moscú, donde los jóvenes observaban el movimiento de los tanques y se reunían alrededor de los pocos radios de onda corta que sintonizaban emisoras extranjeras, las únicas que daban noticias.
Era la noche del martes y alrededor de esa inmensa mole de mármol blanco del Parlamento que por cariño llamábamos “La Casa Blanca” la oscuridad era quebrada por las fogatas de los vivaques improvisados. Luego, cuando nos devolvíamos, se interrumpió la música de la emisora local “Radio Casa Blanca” que emitía por los altoparlantes, y la locutora, con verdadero entusiasmo, anunció.
─¡Buenas
noches Moscúuuuuuu! Me alegra anunciarles que con nosotros se encuentra alguien
que quiso estar al lado de sus compatriotas en esta hora crítica ¡El maestro
Mstislav Rostropovich ¡
Hubo
un momento de silencio hasta que, por toda la oscura explanada, estalló una
clamorosa ovación. Allí comprobé que las nuevas generaciones tienen una sólida
cultura musical porque fueron muchos los que lo reconocieron. La mitad de la
noche se la pasó atendiendo a la gente que lo interceptaba para pedirle
autógrafos, algunas familias lo buscaban para tomarle fotos con sus niños,
brindarnos comida o simplemente estrecharle la mano.
En
algún momento nos invitaron a comer con un grupo. Agradecimos su comida, pero aunque
no la aceptamos, sí nos sentamos con ellos a tomar café. Y fue así, a la
incipiente luz de una fogata, que el Maestro pudo referir cómo hizo para estar
con nosotros esa noche.
─Me enteré del golpe de Estado el lunes temprano, en mi casa de París. Eso me afligió porque los progresos democráticos logrados poco a poco hasta ahora, se desvanecerían. Pero ese mismo día también supe que había una reacción popular. Fue así que comenzó un conflicto interno… ¿Voy o no voy?... yo estoy vetado a entrar en la Unión Soviética, lo peor que me podía pasar ─y todavía es así─ es que mis viejos huesos fuesen a parar en un nuevo Gulag. Además tenía que dejar a mi esposa sola porque no iba a permitir que ella corriera peligro… Por otra otro lado, sabía que en ese momento se estaba escribiendo la historia de la madre Rusia y yo quería ser parte de eso. Pero cuando oí el llamado que Boris Yeltzin hizo al mundo desde la torreta misma de un tanque, me dije: “¿Cómo es posible que, mientras tanta gente arriesga su vida por la Democracia, yo no haga nada? Y determiné que, con mis setenta y cuatro años, ya había obtenido todo lo que la vida puede dar.
Entonces, de inmediato y a escondidas, me puse en contacto con mi abogado y pasé la noche finiquitando mis asuntos y dictando mi testamento. Dejé también una extensa carta para Galina, mi esposa, que debería leerla cuando yo estuviera lejos de Francia.
El
Maestro hizo una larga pausa… la temblorosa luz de la fogata se reflejaba en
sus lentes, los que se quitó para esconder el rostro y hacer como que los
limpiaba, pero todos supimos que trataba de disimular una lágrima. Se volvió a
colocar los lentes y prosiguió.
─De
esa forma tomé los vuelos hacia acá. Fue un viaje expectante porque lo más
probable era que no me dejaran entrar a la Unión Soviética. Así que iba crispado de
nervios cuando me acercaba al punto de control.
“─Sus
documentos por favor.
Se los pasé… el empleado se quedó viéndome, y al bajar la vista al
pasaporte exclamó.
“─¡Maestro!... qué placer conocerlo.
Resulta
que se trataba de un violinista de la orquesta de su municipio. No obstante, al
comprobar que yo no tenía visa se dio cuenta de mi condición de proscripto y me
hizo la consabida advertencia. Pero yo lo convencí de que se trataba de una
convocatoria de emergencia a una conferencia de expatriados. Entonces se dedicó
a persuadir a sus compañeros para que sellaran todo lo que me hacía falta.
Cuando
logré traspasar las puertas del aeropuerto, le pedí al taxista que me llevara
rumbo al Parlamento y solo me pudo dejar en las adyacencias. Y total… aquí
estoy.
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No
fue hasta muy entrada la madrugada cuando pudimos dormir un poco en uno de los
sótanos del Parlamento que en ese momento funcionaban como bunker. Pero
temprano en la mañana, y aun bajo la lluvia, el Maestro fue llamado al segundo
piso de la mezzanina y desde el balcón dirigió un saludo a los acampantes, mientras
que la explanada vibraba con el estruendo cadencioso de: ¡ Ros-tro-po-vich ¡
¡Ros-tro-po-vich!
Pero no todo era euforia. Unidades blindadas seguían llegando a Moscú, la gente lo único que podía hacer era rodear a los tanques y gritarles que no dispararan. Pero los blindados se apostaban al otro lado del río apuntando sus cañones al Edificio. Esa misma mañana supimos de algunos incidentes en la avenida Kalinin con saldo de varios heridos y el primer manifestante muerto. Las familias que tenían niños en la explanada del Parlamento fueron conminadas a salir, pues nadie les podía garantizar seguridad. Corría el rumor de que los comandos de élite del grupo Alfa iban a intervenir en cualquier momento. Así que lo mejor era resguardar la vida del Maestro, y lo más seguro era llevarlo hasta una embajada cercana mientras se definía el pulseo de la Resistencia contra la Junta de Gobierno. A lo que me respondió.
─Gracias
Yuri. Agradezco que te preocupes por lo que me pueda pasar. Pero yo vine acá a
compartir la suerte de ustedes y créeme… debo estar aquí porque me es imposible
estar en otra parte.
Varias
veces el Maestro fue llamado a los estudios de Radio Casa Blanca, la emisora
local improvisada en el sótano del edificio. En algún momento había una fila de
senadores que daban cuenta de los avances de las conversaciones con
representantes de otras instituciones y hasta con mandatarios extranjeros. Y en
una de esas esperas, la fatiga me venció de tal forma, que en la silla donde estaba
sentado me incliné al costado del Maestro con la culata de la kalashnikov
apoyada en mis piernas. Mi sueño fue tan profundo que el Maestro tuvo que
empuñar el arma con su mano izquierda y con su brazo derecho me sujetó para que
pudiera dormir en su pecho sin ser molestado.
En reportero gráfico Yuri Feklistov tomó la instantánea, y ésta recorrió al mundo con el titular “¿Quién guarda a quién?”.
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El haber estado con el Maestro, me proporcionó mis quince minutos de fama. Por cierto, ahora que lo pienso; el hecho de poder relatar esta historia y no estar recluido en Siberia o a dos metros bajo tierra, se lo debo a la valentía del jefe del comando especial Alfa que, a riesgo de su carrera y su propia vida, se negó a que el grupo antisecuestro interviniera en un conflicto político.
Esa misma tarde, el diputado Yuri Karyankin, al reportar a la nación la victoria obtenida por el movimiento democrático de resistencia contra el Golpe de estado, dijo “Por primera vez en el siglo XX Dios ha sonreído a Rusia”.
El jueves 22 de agosto, una multitud de más de cien mil personas desbordó la explanada del Parlamento y sus adyacencias para celebrar el colapso del intento de golpe, junto al propio Gorbachov, y entre los oradores estuvo Rostropovich que se limitó a decir.
─Moscovitas,
ustedes me han dado dos de los días más felices de mi vida.
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El día siguiente fui al aeropuerto a despedir al Maestro. Llevaba conmigo la
balalaika y le di un roturador punta fina negro para que me la firmara. Él se negó porque para él, por principio, todo instrumento es valioso y no debe ser dañado. Pero yo le insistí y accedió. Después de eso le pedí que tocara algo. Lo único que recuerdo de lo que ejecutó, es la banda sonora de la película Doctor Zhivago, el “Tema de Lara”, que de ese momento en adelante no puedo oír sin evocar al Maestro.
Alí J. Reyes Hernández
Santa Ana de Coro, Venezuela
24 de noviembre 2018
Tomado del libro de relatos
LA BALALAIKA, EL GUARDAESPALDAS Y EL MAESTRO,
editorial ìtaca, Los Teques, Venezuela
Comentarios
Abrazo hasta allá.
INGRIS La historia es interesante en tanto y cuanto narra las últimas hors de lo que fue la Unión Soviética, y que terminó con la llamada Guerra fría. De eso este més harán treinta años. Y en cuanto a ese instrumento folklórico ruso, te voy a dejar acá dos videos. el primero de una niña que lo interpreta:
https://www.youtube.com/watch?v=UAfuMol1e-0
Y el segundo de la canción TEMA DE LARA que se nombra en la crónica y que es la banda sonora de la película DOCTOR SHIVAGO aquí te lo pongo tocado por instrumentos de la familia de la balalika
https://www.youtube.com/watch?v=bWh3aAodUJk
Saludos.
Me ha encantado el relato y cómo has podido hilvanar tan bien la historia basándote en una fotografía.
Esos días de la caída de la antigua U.R.S.S. me llenaron de la esperanza de regresar a mi tierra, pero no pudo ser.
Un abrazo y felicidades.
LOLA Te entiendo. Y gracias por comentar.
GUSTAVO AGUILAR Esta misma madrugada estuve orando por tí y por tu familia.
La historia de Rusia siempre ha sido tan inesperada, como traumática y preocupante para el equilibrio internacional.
Saludos y, repito, gracias por este post.
Aún tengo un nudito en la garganta ante tan fantástica historia. Al leer cada línea, lo vivido en Rusia, woow... Gracias de verdad, eres un trome. Felicitaciones por tu magistral relato. Muy bien llevado. El instrumento folklórico ruso, muy bonito.
Un fuerte abrazo.
RAJANI Copiado... Gracias por avisarme.
NURIA Qué bueno que te gustó. Te cuento que esta crónica es la que le da el título a mi tercer libro de relatos. Ya te estaré avisando cuando esté listo.
ELI MENDEZ Gracias Eli, esa es la idea "La fluidez" de la narración, algo que me cuesta un poco lograr, pero limpiando y limpiando se puede llegar a ello, de forma tal que el lector lo consuma todo de un "tirón". Por otro lado, esta crónica le da título a mi próximo libro de relatos. Estaré pendiente de avisarte cuando esté listo.
J P ALEXANDER Gracias guapa por esas palabras ya que vienen de una escritora de novelas muy exigente.
Saludos.
lo de Kabul, me ha removido un recuerdo antiguo... que vi en televisión, cuando Saigón... la historia se repite...
Recuerdo este relato, me resulto muy interesante y placentera su lectura.
Un abrazo fuerte hermano!
saludos.
Ignoro si es un relato o una crónica. Si tiene base real o es pura imaginación.
En cualquier caso, enhorabuena. Tu atmósfera me ha llevado hacia lugares y situaciones que desconocía y ahora entiendo un poco más aquellos días inquietos en que todo el mundo temía que en esa tierra tan maltratada volviera a cebarse la desgracia.
Saludos.
Besos desde Andalucía.
FRAN De seguro que lo leíste, creo que te lo pasé desde el blog de Roberto Molinares. pero sería bueno que revisaras la foto de Rostropovich pues colocamos una desde otro ángulo y con más resolución.
DRACO La guerra entre Spunik y Selecciones da para un post completo ¿no te parece? Yo también leía Spunik, pero por alguna razón que no puedo definir, no era una lectura tan atrayente como Selecciones. No obstante admito que vale la pena hacer una entrada nada más para hablar de esa revista soviética (y digo soviética y no rusa, porque al colapsar la URSS hizo una edición de despedida y no siguió editándose) pero insisto ¿te animas a escribir acerca de esa revista?
ANA MARÍA FERRÍN Esa es la pregunta que uno siempre se hace, y en este caso te la voy a responder en detalle: El relato es totalmente verídico con nombres lugares y fechas. Me sumergí en las publicaciones de los hechos, la vida de Ivanov, la biografía de Rostropovich, Boris Yelsin y hasta en detalles como los productos más comprados por los moscovitas en vísperas de ese evento para detallar hasta qué comían. Por supuesto, investiqué cien cosas pero en el reato aparecerán acaso dos cosas y media. Pero insisto, su veracidad es de registro notarial. entonces ¿qué es imaginación del autor? y la respuesta es: La balalaika, ese instrumento que abre y cierra la crónica lo introduje para hacer un puente entre el colapso de la URSS y la novela inmortal de "El Doctor Zhivago".
ENCA ¡Gracias por tus palabras Enca! Te cuento que el título de esta crónica le da título a mi tercer libro de cuentos que, Dios mediante, debe estar publicado antes de que termine este año. Te estaré avisando. Un abrazo
Yo es que habiendo música o músicos de por en medio...
Salud
Ali, te dejo un fuerte abrazo!!
en general, tengo buenos recuerdos de la revista.
saludos.
Me ha encantado leerte, un gran relato hilvanado con mucho ingenio y que mantuvo mi atención de principio a fin.
Excelente!
Un gran abrazo.
Un saludo.
ERIK Coincido contigo... La música y los músicos (para mí) suelen ser uno de los mejores temas de la literatura.
TINTA EN LAS OLAS Acá te estoy enviando dos enlaces: la interpretación de El tema de Lara con la familia de las balalaikas
https://www.youtube.com/watch?v=bWh3aAodUJk
También a la niña Anastasia interpretando ese instrumento ruso:
https://www.youtube.com/watch?v=UAfuMol1e-0
Por otro lado Tinta, no sabes cuánto me alegra que a una cuentista con tanta sensibilidad le haya parecido este realto "sublime"
RICARDO TRIBEN Qué bueno mi hermanao. Cuandodices en todos los aspectos es que no falta ninguno... ¡Gracias!
DEACO ¿Qué tal si haces un post de esos temas? Por cierto ¿Ya viste la miniserie GAMBITO DE DAMA? Por otro lado, hice un post acerca de ajedrez, no sé si te lo he mostrado, pero te lo voy a volver a pasar:
https://tigrero-literario.blogspot.com/2011/07/el-deporte-ciencia-en-el-cine-y-la.html?m=1
TRECCE Gracias mi hermano. Con esas dos palabras dijiste todo.
KINGA Gracias preciosa, Dios te bendiga.
JANI Acabas de escribir solo dos palabras. Pero para mí es uno de los mejores discursos pues viene de alguien que sabe muy bien lo que es un relato, sus pormenores, sus falencias, sus intrígulis y sus aciertos. Así que no tengo como decirte ¡Gracias! Por otra parte, te cuento que La Balalaika le da título a mi tercer libro de ocho relatos de distintos temas que debe estar saliendo este mismo año Dios mediante. Cuando lo tengo listo te voy a avisar
Como siempre me parece en verdad encantadora tu manera de relatar; sencillamente formidable.
En verdad, la antigua URRS, se destacó por tener habitantes comprometidos con el deporte, la música y la cultura.
Tengo en la mente a Mstislav Rostropovich porque me fascina la música clásica. El tema de Lara, es triste pero hermoso.
Hasta pronto, un fuerte abrazo, saludos a los tuyos; cuidado con las variantes.
Gracias por ser como eres, y por tu buen hacer.
Un fuerte abrazo, amigo.
Un saludo
Abrazos!!
Un Abrazo amigo.
RUD Bueno... ahora cuando vuelvas a oir a Rostropovich, vas a recordar que además de un músico de excepción era un hombre comprometido con la Democracias hasta sus últimas consecuencias.
MANUEL Ciertamente, en ese incidente del "tejerazo" tres diputados permanecieron en sus curules tal cual los senadores romanos, demostrando que hay senadores con tanta dignidad como los que uno cree de leyenda antigua. Estuve revisando en esta página y veo que es algo digno de ser relatado en una crónica: https://www.rtve.es/noticias/20140325/adolfo-suarez-ultimo-permanecio-pie-23f/903565.shtml
MARÍA DE LOS ÁNGELES Hola, en realidad no estamos hablando del tejerazo, hablamos acerca de la URSS. De todas maneras difiero contigo porque me parece que olvidar no es lo correcto. Las cosas buenas deben saberse y las mañas también para que no se repitan.
AZKA KAMIL Gracias mi hermano por la visita desde tan lejos.
RICARDO Gracias a tí por leerlo y comentarlo mi hermano.
JOSÉ ANTONIO Esa es la idea del texto... compartirlo.
Um abraço e boa semana.
Andarilhar
Dedais de Francisco e Idalisa
Livros-Autografados
Una narración muy vivida, de unos hechos fundamentales para evitar el involucionismo en la unión soviética.
Un abrazo.
Abrazo inmenso!!!!!!!!!!!
Saludos.
Besos
Un abrazo
Puri
Saluditos.
Gracias por compartir lo que sabes con nosotros
Estupendo relato historico, me atrapo como el primer dia que lo lei, me dejaste un enlace que me direccionaba a un blog amigo, que fue publicado por el, tambien ahi deje mi comentario ツpero que decirte, que sos un excelente escritor y mereces todos los premios en donde presentes tus cuentos, me gusto ese intrumento Balalaika muy parececido al cuatro venezolano, pero suena mas agudo, me encanto esa Cancion "El tema de Lara". Vi los enlaces que dejaste a Indrid de la niña Anastasia de 7 años, es divina como toca en una orqueta es genial, tambien vi el otro video con una Balalaika mucho mas grande.
Te mando un abrazo enorme!!
CARRAJOLA OLIVEIRA Obrigado hermao
ALFRED Cuánto daría porque la lección quedara aprendida...
STRAUFFON Exacto, está muy apegado a la historia
ISA ¡Gracias por tus palabras! Esa es la idea, que el lector se quede "pega'o". Y en cuanto a la balalaika, te voy a enviar algo para que la oigas.
RICARDO TRIBIN ¿Verdad que esa pieza es una belleza?
MARIAM Exacto, los hechos son ciertos aunque parezcan increíbles.
DULCINEA ¡Qué bueno! Esa es la idea, hacer que el lector viva la historia.
CONCHI Gracias por tuspalabras preciosa.
MUCHA Qué bueno. Te mando un beso guapa
GRA ¡Verdad que lo habías leído y de eso hace un año! Lo nuevo es que esa crónica es la que le da nombre a mi próximo libro de ocho relatos. Te estaré avisando.
Esto es terrible y doloroso. Espero que podamos llegar ha conocer un posible mundo mejor que el vemos cada día.
Yo no sabía nada de este suceso que nos cuentas. Pero me pongo malísima. Que horror. ¿ no ?.
Gracias por hacernos llegar esta noticia que desconocía.
Saludos