Oh sole mio... ¡En bolero!
Un par de anécdotas para ilustrar la importancia de esta canción napolitana. En 1920 , durante las Olimpíadas de Ámberes, Bélgica . Ocurrió un suceso que ha podido ser una debacle diplomática. Resulta que cuando Italia rompe el celofán del medallero de oro, a la orquesta se le había traspapelado la partitura del himno italiano. Vale recordar que era la primera Olimpiada luego de la carnicería humana que fue la Gran Guerra donde Italia fue una de las participantes. Así que, sin perder tiempo y con la mayor sangre fría, el Director de la orquesta recurrió a una canción conocida por los músicos y los dirigió en la interpretación de O sole mio . El estadio estalló en una larga ovación. Pero no solo se trata de la carta de presentación de Italia en el mundo, sino también tiene importancia cósmica. En abril de 1961 , la Volstok circundaba la órbita terrestre llevando al primer hombre que salía del Planeta y, eventualmente, regresaría para contarlo. Fue la primera vez que ojo hu