Épica, Lágrimas para la Luna, proclama en rock sinfónico

 

El rock progresivo cada vez se hace más complejo y, sin duda, comienza una ruta que parte de lo cosmopolita a lo clásico. Ejemplo de esto es Épica, una banda neozelandeza

fundada en el 2002.

Cry for the Moon, uno de sus temas representativos: letra desgarradora envuelta en un estuche musical de lujo. Comenzando por la soprano que vocaliza como un ángel y la voz gutural que responde, digamos que un moustruo cantando, todo esto enmarcado en unos arreglos que recuerdan a los cantos gregorianos.

La letra es un misil dirigido contra los líderes religiosos que cometen estupro y que pretenden que su investidura clerical les va a conceder impunidad. Pero no solo ellos, sino también contra los que predican cosas que ellos mismos no cumplen, que imponen cargas que ellos mismos no están dispuestos a llevar, tal como diría nuestro Señor Jesucristo. 

Pero esto no se limita al ámbito religioso sino que tiene una vigencia patética en un ámbito más noticioso pues, en los países de regímenes totalitarios, la política funciona como  "La religión del Estado" y es el instrumento de líderes que toman al "pueblo" como mampara para ocultar sus desmanes, inculcándole doctrinas que pretenden ser igualitarias, mientras que ellos se aprovechan de todos y todo a manos llenas. 

Y terminando en los peores, los que inducen a los jóvenes a morir en la guerra, invocando patriotismo, cuando la realidad es que lo que alienta la matanza, son sus aspiraciones de poder personal. En fin, aquí hay para todos los que creen que pueden emular a "Dios". A todos ellos hay que recordarles que, además de esta canción, existe un axioma que los retrata: "El problema no es que el hombre engañe a Dios, el problema es que ÉL cree que está engañando a Dios".