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Mostrando las entradas etiquetadas como Escritos de Alí

Guapa por duplicado ( crónica )

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Guapa por duplicado Para el lic. Humberto Márquez, la voz narradora de estos hechos.   Fue en junio del 2004. Me encontraba en el aeropuerto Las Piedras, de Punto Fijo, esperando mi vuelo a Maiquetía. Cuando una fémina, que levantaba un revuelo por donde andaba, me hizo abandonar la lectura. Se trataba de María Corina Machado quien, por buenamoza, tiene a quien salir, pues es hija de esa deportista, médico y, sobre todo, belleza paraguanera que es Corina Parisca Pérez de Machado. Me saludó con efusión y nos despedimos con un beso. Entonces ella traspasó las puertas de vidrio hacia la pista para abordar un chárter que la llevaría a Caracas y así, continuar sus trajines de activismo político. Quedé extasiado viendo como el brisote paraguanero, que dobla los cujíes y derriba empaliza’s, hacía que sus ropas se estremecieran mientras trataba de arrebatar del piso su frágil figura. Abordó la pequeña nave junto a otras personas. Yo, entretanto, esperaba verlos carretear y despegar

El monje ( cuento )

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  El Monje   ─ Hermano Bernabé, necesito hablar con fray Marcelo. Llámelo por favor. ─Ya lo busco, Padre.   Al cerrarse la puerta, intenté repasar cómo abordaría la conversación mientras dirigía la mirada a lo único que resaltaba del escueto despacho: el tosco crucifijo sobre mi escribanía.   No podía posponer más esta decisión. Sabía del esfuerzo de fray Marcelo por permanecer en la Orden. Era innegable su ayuda atendiendo a los enfermos (los días en los que, su propia salud se lo permitía) y, sobre todo, ejecutando el viejo órgano de tubos en la homilía... por cierto, esa fue la única queja que tuve de fray Marcelo: La comunidad llegó a sentirse conmovida por los segmentos musicales que desgranaba entre la oración y las letanías. Hasta que se descubrió ─dicho por él mismo─ que se trataba de unos fulanos bambucos , una suerte de valses venezolanos. Por fortuna, pude manejar bien el escándalo de manera tal, que no trascendió hasta el episcopado provincial.     Sonó la p

El rompedor de bandoneones ( relato )

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  El rompedor de bandoneones Bandoneón arrabalero Viejo “fueche” desinfla’o Te encontré como un pebete Que una madre abandonó Pascual Contursi (Butín) 1928   Subieron ocho locos al escenario. Se suponía que iban a tocar tango. Pero por mi parte no entendí nada. En una de esas, se rompió un bandoneón y pensé que, sin duda, se había enojado con el Loco mayor. Al final del aquelarre, salí a la calle aturdido. Pero a una cuadra del teatro, desde una rockola salía una canción de Gardel. Entonces me dije. Qué suerte, el tango todavía existe. Este es uno de los extractos de las crónicas que los diarios reseñaron en nuestros primeros conciertos. ¡Cosas como esas pasaban! A la salida, el público discutía a gritos si eso era tango o qué criatura era. Yo me involucré en esto cuando Piazzolla me citó en el cafetín Electra de Callao y Cangallo. Y todavía no teníamos el café en la mesa cuando arrancó a hablar con un entusiasmo inusitado. Parecía que al bajarse del barco que

Tigrero ( cuento ) / Aniversario / Segunda parte

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Otra vez el aullido lastimero y mortal de un perro. Sobre el miedo, lo único que pudo pensar fue: ― ¡Onza! El tigre me ha matado a Onza.      Lo dedujo, porque ella era la que seguía en el orden de la veteranía. El primer perro era de gran olfato y probada tradición tigrera... murió de primero. Pero ahora, la madre del resto de la jauría, sería el próximo cadáver que encontraría entre los rastrojos.     Su frente perlaba de un sudor fr ío que removía al contacto con el sombrero de cogo­llo, en su cintura, la vaina de cuero con el cu­chillo de "una cuarta y jeme" y en ristre una lanza de un metro y tres cuartos. El perro que lo acompañaba se adelantó a olfatear. En efec­to, al apartar el monte dio con lo que quedaba de ella; el lomo totalmente desgarrado, el cue­llo  cercenado, yacente en una posici ón anti-natural, sus ojos vidriosos y los colmillos a la vista. Cuando el perro que lo acompañaba, lamía los mortales despojos, se podía observar que las extremidades aún se movían

Cuentos de una Bitácora quinceañera / ¿ De dónde viene el nombre de "tigrero" ? / Primera parte

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Para celebrar los quince años de este blog he decidido responder a la pregunta: ¿de dónde salió el nombre de la página ? Les adelanto que se refiere a mi primer cuento. Pero antes de que lo lean, quiero que sepan qué fue lo que me motivó a escribirlo ... aunque… para ello tenga que extenderme a echarles otro cuento… así que, paciencia conmigo. Todo comenzó cuando, finalizando la década de los 70,  inicié unos viajes a la Amazonia venezolana. Se trataron de unos recorridos iniciáticos, de esos que te cambian la vida. Es importante el detalle de que, para llegar a esos lugares solo se podía acceder por vía fluvial, remontando el Orinoco desde Caicara en la región guayanesa  — algo que podía durar semanas — o durar horas por avioneta desde San Fernando de Apure, la ciudad llanera más recóndita del sur venezolano, como fue en mi caso. Eso sí, después de cruzar medio país por tierra desde Caracas. El aterrizaje fue en Puerto Ayacucho, por aquel entonces, un pequeño asentamiento que fung

Papá Noel con kipá (relato)

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  Papá Noel con kipá       La puerta se abrió y cuatro niños salieron a recibirme. Luego supe que me habían esperado todo el día. “Vendrá, vendrá, ya lo verás mamá”, habían insistido mientras enseñaban el papel arrugado de un telegrama. ─¡San Nicolás!… ¡sabíamos que vendrías!     Por momentos como estos es que he estado haciendo este trabajo. Hablé con ellos y les repartí los juguetes. Pero había una niña rubia que permanecía callada en un rincón. Luego de una espera prudencial me dirigí a ella. ─Hola… ¿formas parte de esta familia? ─No.     Me lo temía… era muy extraña su actitud. Yo me había  encontrado con chiquillos que rompían a llorar de miedo, pero  ya sabía cómo resolverlo. Este caso, en cambio, era distinto.  Nunca me había ocurrido. ¡Y vaya que tenía tiempo en esto!       Recuerdo que inicié este trabajo para romper una frustración de mi niñez. Mientras que todos mis amiguitos disfrutaban de la navidad ─magia que solo se puede materializar en la infancia─ y