El monje ( cuento )
El Monje
─Hermano Bernabé, necesito hablar con
fray Marcelo. Llámelo por favor.
─Ya lo busco, Padre.
Al cerrarse
la puerta, intenté repasar cómo abordaría la conversación mientras dirigía la
mirada a lo único que resaltaba del escueto despacho: el tosco crucifijo sobre
mi escribanía.
No podía posponer más esta decisión. Sabía del
esfuerzo de fray Marcelo por permanecer en la Orden. Era innegable su ayuda
atendiendo a los enfermos (los días en los que, su propia salud se lo permitía)
y, sobre todo, ejecutando el viejo órgano de tubos en la homilía... por cierto,
esa fue la única queja que tuve de fray Marcelo: La comunidad llegó a sentirse
conmovida por los segmentos musicales que desgranaba entre la oración y las
letanías. Hasta que se descubrió ─dicho por él mismo─ que se trataba de unos
fulanos bambucos, una suerte de valses venezolanos. Por fortuna, pude
manejar bien el escándalo de manera tal, que no trascendió hasta el episcopado
provincial.
Sonó la puerta y respondí.
─¡Pase por favor!
Era un monje de escasa estatura y sobre su hábito de cartujo tenía el
delantal de hortelano.
─Bendígame, Padre.
─Dios lo bendiga. Y ya veo que retomó las labores
manuales a pesar de que todavía está convaleciente. Cuénteme cómo la ha pasado
hoy.
─Bien, Padre, Estoy repuesto. Tanto, que ya puedo trabajar.
─De eso, precisamente, quería hablarle.
Hice una pausa larga para indicar la importancia del tema.
─Hermano Marcelo ¿Se considera usted un soldado de Jesucristo?
─Amén, Padre. Eso trato.
─Bien... aunque, más que “tratar”, usted lo es.
Pero recuerde que hay distintos sitios donde ejercer nuestro ministerio. Detrás
de esas puertas hay una Italia… ¡Un mundo! que nos necesita. Nosotros no
estamos allí, estamos apartados, pero somos el sostén de oración de los
hermanos que sí lo están y que van a lograr que se cumplan las palabras del
Padrenuestro "Venga tu reino".
─Amén, Padre. Nosotros estamos apartados para interceder por ellos.
─¡Exacto, hermano Marcelo! El asunto es que todos
somos llamados a servir, pero no todos de la misma forma. En su caso, debo
advertirle que los rigores del claustro no le hacen bien para nada. Prueba de
eso son sus constantes problemas respiratorios.
─Pero Padre. Yo estoy dispuesto, de ser posible, a morir por Nuestro
Señor.
─No tengo la menor duda de eso, fray Marcelo. Pero,
¿sabe lo que necesita el Señor? No de quien muera por él, sino de quien viva
para Él.
─¿Qué me quiere decir con eso, Padre?
Hice una pausa para darme ánimo y ser persuasivo en
lo que iba a decir.
─La vida de oración, ayuno y sacrificio en un
monasterio no fue hecha para usted... usted puede ser más útil al Señor
llevando el consuelo, precisamente allí donde habita el sufrimiento humano.
Fray Marcelo bajó la cabeza en silencio y proseguí.
─Tuve acceso a su expediente y me llevé una
sorpresa… aunque, también hallé explicación a muchas cosas. Pero lo más
importante ─y acepte esto de parte del Señor al que ambos servimos─ es que
usted no debe seguir ni en este, ni en ningún monasterio, porque su llamado es
para estar en la línea del frente. No lo tome a mal, pero usted está destinado
a ser un instrumento en las manos del Señor en donde más se necesita.
Trató de llevarse la manga del sayal a la cara.
Vano intento de ocultar una lágrima.
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Fray Marcelo estuvo en reclusión en La Cartuja de Farmeta, en Lucca, Italia, entre los años 1908 y 1909. Su verdadero nombre es José Gregorio Hernández Cisneros, destacado médico venezolano, iniciador en su país de la llamada "medicina científica", al complementar las pesquisas de la clínica tradicional, basada en signos y síntomas, con la recolección de muestras y análisis de laboratorio. Fue el fundador de las cátedras de Histología, Histopatología, Microbiología y Fisiología experimental en las
universidades de Venezuela.Su vida piadosa y sus dotes como
profesional, le ganaron la admiración y la reverencia de una nación.
Alí Reyes Hernández
Coro, Venezuela, 10 de diciembre 2017
Comentarios
Un saludo.
Gracias, Ali.
Feliz lunes.
ALFRED El mejor ejemplo de lo que dices es el propio Señor Jesucristo
ENRIQUE TF Gracias mi hermano por tus palabras de aliento.
GATA Es impresionante la forma que cada quién tiene de ver la vida, cosas increíbles, una de esas es la vocación para someterse a una vida de claustro ... pero es así, y no solo en el cristianismo sino también en el budismo y en el induísmo. Pero, sin duda, lo más loable es el que se dedica por entero al prójimo, un buen ejemplo es la madre Teresa de Calcuta. Pues bien, José Gregorio Hernández fue algo así como una combinación de la Madre Teresa de Calcuta con la preparación científica de una Marie Curie
Saludos.
Abrazos.
Con poquísimos elementos trenzas una corta e interesante historia.
Un abrazo fuerte hermano!
ETHAN Aunque en realidad, tanto el final como el planteamiento inicial fueron verdad. Diría que más que cuento es una crónica
FRAN Diste con las palabras exactas "poquísimos elementos" digamos que pocos ingredientes pero buena comida
Besos.
Poliglota,matriculado en Medicina, Profesor universitario y contra todo paradigma, filantrópico.
Curiosamente existe un único y efímero video del profesional de la medicina(El cual me disculpo ante tan nutridos académicos miembros de éste Blog, debido a el poco tiempo que he dedicado en investigar la fuente del mismo, sin embargo pido el apoyo en su aporte en confirmar o refutar el mismo, a su su vez dejó el link en cuestión)
Dios bendiga al Dr, columnista y Escritor Ali Reyes y todos los miembros e integrante de tan prestigioso Blog.
[10/5, 5:12 p. m.] Randys Pacaraima Brasil Claro: https://www.facebook.com/johanalexander.ricaurtemateus/videos/10224735667515742/?idorvanity=1287875097929717&sfnsn=wiwspwa&mibextid=2Rb1fB
[10/5, 5:17 p. m.] Randys Toyo Ventas: https://osaopaulo.org.br/mundo/a-historia-do-medico-dos-pobres-o-beato-jose-gregorio-hernandez/
[10/5, 5:20 p. m.] Randys Toyo Ventas: Nacido el 26 de octubre de 1864 en Isnotú, en el estado andino de Trujillo, José Gregorio Hernández Cisneros fue el primero de seis hijos. Se licenció en Medicina en Caracas y continuó sus estudios en París, Berlín, Madrid y Nueva York.
Se convirtió en profesor universitario e introdujo el uso del microscopio en el país. Fundó la cátedra de Bacteriología en la Universidad de Caracas. Vivió su profesión como una misión, dedicándose sobre todo a los más necesitados a quienes donaba a menudo medicinas, compradas con su propio dinero.
En 1908 ingresó en la Certosa di Farneta, en la Provincia de Lucca, Italia, porque quería ser monje. Regresó a Venezuela por motivos de salud. Unos años más tarde, regresó a Italia para estudiar teología, asistiendo al Colegio Pio Latinoamericano en Roma. Una vez más cayó enfermo. Se hizo terciario franciscano.
Durante la epidemia de gripe española, a principios del siglo XX, acompañó y curó a los enfermos. El 29 de junio de 1919 fue atropellado por un automóvil cuando se dirigía a una farmacia en Caracas a comprar medicinas para una anciana enferma. Murió en el hospital poco después, invocando a la Santísima Virgen.
Desde la escuela hasta la universidad, el hoy beato científico venezolano fue un destacado estudiante y un médico con una alta preparación académica. El doctor José Gregorio Hernández hablaba seis idiomas: inglés, alemán, francés, italiano, portugués y latín.12 may 2021
TOT BARCELONA Esa es una de las mejores formas de ayudar ... pero cuesta un mundo
RANDYS TOYO Estos datos son importantísimos porque muy pocos los saben
Besicos muchos.
Luiz Gomes.
LUIS GOMEZ Obrigado meu irmão por seus votos de felicidades e por sua visita aqui.
La frase esencia del cuento me parece que es "No de quien muera por él, sino de quien viva para Él."
Abrazos