Eternamente "Yolanda" y el drama del desengaño

 

Antes del tema musical y la necesaria discusión, permítanme presentarles a Simone Bittencourt de Oliveira, sencillamente Simone, una cantante brasileña de una larga trayectoria, igual que ella misma —1.80 m de altura— que se

graduó de educación física y que estaba destinada a ser parte de la selección  femenina de baloncesto del Brasil, si no fuera porque su antigua profesora de música la puso a audicionar y... lo demás es historia.

Quiero que la oigan cantando con Pablo Milanés (1942−2022 ) Y aquí debo hacer una reflexión: muchos han enfundado sus artillerías contra Milanés en vista de que fue una de las manos —la otra se llama Silvio Rodriguez— que le lavaba la cara a un régimen esclavizante que aún hoy en día, aplasta toda disidencia con sangre y no le perdonan que se halla revelado contra ella tan tarde. Si bien, no les voy a quitar la razón, no obstante, me parece injusta esta apreciación ya que no toma en cuenta las circustancias que "vivía" el cantor. Para empezar, el hecho de que se hubiese convertido en un miembro de la nomenclatura del régimen, con todos los privilegios que eso conllevaba, no terminaba de acallar los gritos de su propia conciencia al ver a su gente humillada.

Pero su posición no le daba ningún margen para maniobra.Esta situación no era "reciente" sino que estamos hablando de casi tres décadas en esta agonía. Por un lado, él sabía que un deslinde radical conllevaría a convertir a su familia residente en la Isla, en rehenes; eso, sin contar que el largo brazo del G2 lo podía alcanzar en cualquier sitio en que estuviera. Lo otro, y lo más importante, es que él era el signo de la Revolución y como tal, ya los jóvenes cubanos sabían que era una suerte de verdugo artístico manejado como marioneta, pero su público en el extranjero todavía lo reconocía como un valor a seguir ¿Cómo les decía ahora que estaba equivocado y que ese camino llevaba directo a la esclavitud?   La máxima de que puedes engañar a muchos por un tiempo pero no puedes engañar a todos todo el tiempo, lo perseguía.

Valen acá las palabras de un cantante venezolano, Alí

Alí Primera

Primera, quien dijo algo de muy poca corrección política pero que encaja de perlas: eso de estar perfumando detritus resulta contrario a lo que se pretende ocultar pues el resultado es hacer más penetrante su pestilencia. Toda esta situación  estaba minando la moral y la salud de Milanés. Acá caben los versos de Nicolás Guillén, a quien Pablo musicaliza su poema 

Quién te dijo que yo era 

risas siempre nunca llanto

como si fuera la primavera

no soy tanto...

Yo muriendo, yo muriendo

A veces, la libertad de decidir puede ser la mayor carga que un hombre debe afrontar en su existencia. Es por eso que, cuando cae el Muro de Berlín y se desploma la Unión Soviética, ve la oportunidad de deslinsarse, pero no fue fácil pues la respuesta de la satrapía cubana fue la radicalición policíaca y, de paso, Silvio Rodriguez, su "amigo" había decidido que era mejor perfumar detritus y vivir a cuerpo de rey. 

Entonces lo único que pudo fue enredarse en declaraciones contradictorias a lo "sí, pero no". Esta situación se mantuvo por mucho tiempo, hasta que por fin pudo liberarse en lo físico del régimen a comienzos de siglo. Me consta que esto es así, pues en el 2005, se había programado un concierto en la maestranza de Valencia, Carabobo, Venezuela, y estaba todo bastante adelantado, pero cuando Pablo supo que el patrocinante del evento era el régimen venezolano, digamos que una suerte de vasallo colonial de la Habana, decidió cancelar el evento con las consecuentes pérdidas que esto generarían en sus finanzas.

Y antes de pasar a la música, me parece pertinente recordarle a quien señala a Milanés de un aprovechado de la dictadura, que para los años 60, 70 y 80 del siglo pasado, todos sabíamos lo que en realidad estaba pasando en Cuba y que, a pesar de eso, los jóvenes "revolucionarios" fuera de la Isla seguían insistiendo en que Cuba es un paraiso para el cubano, señores. No era por ceguera, era que no querían ver la realidad a cara descubierta. Por eso insisto en que acusar a Milanés ahora, cuando en realidad tuvo la hombría de reconocer que fue el instrumento de una causa siniestra, me parece de lo más injusto.

Ya está bueno de discursos, ahora a la música.